diciembre 27, 2009

CUYAYA ES SEPULTADA EN MEDIO DE DOLOR Y LLANTOS

Escrito por: Leo Corporán Editor Deportivo
El entierro de la Cuyaya
Nunca había asistido a un velatorio y entierro donde se manifestara tanto dolor. Cientos de personas se desmayaron cuando se acercaron al féretro y vieron a la Cuyaya muerta, con una flor amarilla en su cabeza.Me uní al dolor de los cibaeños y también lloré, pues allí me encontré con viejos amigos como Junior Brea, Daniel Toribio, Héctor Saba, Winston Llenas, el ingeniero Ramón Gómez Sánchez (Momoncho) y Tomasito Jiménez, quienes estaban abrazados y era difícil consolarlos.Comenzó a llover y Luis Polonia me dijo: “Leo, ¿ves que la Cuyaya era buena? Hasta el cielo llora”Julio Pichardo fue criticado cuando pronunció a boca llena: “Maldita Cuyaya. Tenía que morirte antes desgraciada. Sufrimos mucho por tí”.Luichi Sánchez, gerente general de las Aguilas, discutió acaloradamente con Manolito Jiménez cuando el reportero gráfico de El Nacional, intentó tirar una foto al ataúd.
“Nadie va a retratar a la Cuyaya”, pronunció Luichi, mientras se limpiaba las lágrimas.
Manolito no le puso caso y se fueron a las trompadas y el ataúd se cayó. La Cuyaya se rompió una pata, dos dientes y una muela.
El Chilote Llenas llevó a un cuarto a Mendy López, Kevin Cabral, Ramón de Luna y Santana Martínez. Les recomendó no pelear y tener conformidad, pues los periodistas estaban muy incómodos y decían que al primer capitaleño que vieran en el funeral le iban a dar tres puñaladas.
El entierro
El cementerio estaba lleno y todo el mundo vestía de amarillo.
Comenzó una agria discusión entre los directivos de las Aguilas para ver quien haría el panegírico.
Estaba llegando el momento final y nadie creía que había muerto la Cuyaya. Y más sin pelear. Falleció sin tirar un tiro ni dar una puñalá.
La Cuyaya se aventó y no cabía en el hoyo.
Juanchy Sánchez (Juventud) acusó a Chilote Llenas al expresar que él había pedido que el entierro fuera el jueves y el presidente de las Aguilas se opuso por ser día de Nochebuena.
Llegó Papá
Sin mucha bulla llegó al campo santo el ex presidente Hipólito Mejía, un fiebrú aguilucho.
La gente comenzó a gritar: “Llegó Papá”...Llegó Papá”.
Hipólito besó a la Cuyaya y uno de los ayudantes militares lo retiró cuando Mejía no quería despegarse.
El Síndico
No fue del agrado de los presentes la presencia de José Enrique Sued, pues al conocido y trabajador dirigente Reformista no se le vio llorar.
Le explicó a los periodistas que su sentimiento lo guardaba en el corazón y que las otras lágrimas eran de cocodrilos.
Huchi Lora
El periodista Huchi Lora no quiso hablar con la prensa. Se limitó a decir que la muerte de la Cuyaya era uno de los más duros golpes que había recibido en el 2009. Me sentí triste al ver a Huchi mostrando tanto dolor.
Mezcla Cuando el obrero Belarminio López dijo: ¡Mezcla!, y taparon a la Cuayaya, se escuchó un solo grito:
“Dios Mio, que hiciste. Ella era buena y llevaba tanta alegría”.
¡Paz a los restos de la pobre Cuayaya!
Continuará mañana.
Hasta mañana, si Dios quiere, dominicanos.

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