DISCURSO DEL PRESIDENTE
Danilo acepta repostulación para el 2016
PRESIDENTE DANILO MEDINA: "MÁS QUE NUNCA PODEMOS TRANSFORMAR NUESTROS SUEÑOS EN REALIDAD". Y CITÓ DIEZ METAS QUE SE ALCANZARÍAN CON CUATRO AÑOS MÁS.
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Santo Domingo
Pueblo
Dominicano;
En los últimos
tiempos, nuestro país ha tenido el privilegio de vivir importantes avances
económicos, sociales e institucionales.
Es sobre estos
avances, -y sobre lo que eso significa para nuestro futuro- que me gustaría
hablar con ustedes esta noche.
Junto a cada uno
de ustedes, he tenido la felicidad de conducir un gobierno que viene rompiendo
muchas barreras históricas.
Un gobierno que,
gracias a Dios, está teniendo éxito en sus principales áreas, incluso en un
momento en que muchos países atraviesan graves dificultades.
Hemos conseguido
excelentes resultados en dos sectores clave de la vida de cualquier país: el
área económica y el área social.
En la economía,
estamos logrando tasas de crecimiento y nivel de empleo por encima de las
medias históricas nacionales y regionales.
En lo social,
estamos consiguiendo una mejoría constante en la vida de la población, con la
disminución de los niveles de pobreza, desnutrición y desigualdad.
Además de importantes
avances en la calidad de la educación, la salud y de otros servicios
esenciales.
No me sorprende,
por tanto, que en este ambiente de avances económicos y sociales, se haya
abierto un debate muy positivo para nuestro avance institucional y perfeccionamiento
democrático.
Un debate que toda
la nación acompañó con gran participación y que, finalmente, hizo repercutir en
el seno del Congreso Nacional, la voluntad abrumadora de la mayoría de nuestro
pueblo.
Me refiero a la
decisión libre y soberana del Congreso Nacional de reformar nuestra
Constitución para que, a partir de ahora, cualquier presidente pueda disputar
una reelección y, si fuera la voluntad del pueblo, dar continuidad a su trabajo
de gobierno, consolidando las conquistas colectivas.
Una vez más,
podemos decir con satisfacción que ha primado la democracia, la
institucionalidad y el consenso. Hemos asistido a un proceso ordenado y apegado
a las leyes que nos rigen.
Si hablamos de
legitimidad, vale la pena señalar que el nuevo texto constitucional ha sido
aprobado masivamente por las principales fuerzas políticas del país. Las mismas
que sumaron, en los últimos comicios, el 98% de los votos del pueblo
dominicano.
En nombre del
pueblo dominicano, quiero agradecer a todos los partidos por la forma ordenada
y democrática en que encaminaron este proceso de reforma.
Pero quiero hacer
énfasis en dirigir un reconocimiento especial a todos los compañeros del
Partido de la
Liberación Dominicana, porque nuestro partido ha mostrado,
una vez más, que está a la altura de la Historia y que cuenta con el liderazgo político
capaz de dirigir los destinos del país.
Extendemos también
este reconocimiento al liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano, Partido
Reformista Social Cristiano y otras fuerzas aliadas por el apoyo que brindaron
a esta reforma.
Reconocemos
también a los Senadores y Diputados de la República, que fueron los responsables de la
ejecución de la misma.
Esta reforma es un
paso adelante en la madurez de nuestro Estado Democrático de Derecho, además de
una demostración contundente de la capacidad de nuestras fuerzas políticas de
dar respuesta a las necesidades del pueblo soberano.
A partir de ahora,
nuestra democracia se regirá por el modelo que ha demostrado ya su buen
funcionamiento en buena parte de las democracias del mundo: Ocho años y nunca
más.
Es decir, que un
Presidente solo podrá ser reelegido una vez, y luego no podrá postularse más.
De esta forma,
daremos oportunidad tanto a que los gobernantes apliquen realmente su programa
de gobierno, como a que surjan los necesarios relevos generacionales y los
liderazgos alternativos.
Me siento honrado,
feliz y confiado de estar en la presidencia en el momento en que las fuerzas
vivas de nuestra nación decidieron promover este cambio, que nos iguala a las
mayores democracias del mundo.
Esto también
aumenta el peso de mi responsabilidad de actuar en el próximo proceso electoral
de la forma más equilibrada, justa, honesta y transparente posible.
Y, en el caso de
que sea la voluntad de mi partido postularme como candidato y la decisión del
pueblo elegirme, yo podré concurrir a otro mandato presidencial.
Señoras y
Señores;
Acompañé con
cuidado y cautela el debate y el envío de la enmienda constitucional sobre la
reelección.
Siempre que fui
consultado por compañeros del partido o por representantes de la sociedad
civil, mantuve una posición equilibrada e imparcial.
En ningún momento
estimulé o aceleré el proceso. Al contrario, me mantuve siempre con cautela y
redoblada atención.
Pero si no estuvo
en mí estimular este proceso, tampoco estuvo en mí frenarlo, ya que brotaba de
un deseo popular profundo.
Era eso lo que
veíamos reflejado en las encuestas, era eso lo que oíamos en las calles, era
eso lo que yo escuchaba de representantes de todos los sectores de la sociedad:
empresarios, trabajadores, académicos, intelectuales, artistas y políticos,
mujeres, jóvenes, ancianos y líderes religiosos.
Fue en ese momento
cuando concordé en que este tema fuera, en primer lugar, examinado en el ámbito
de mi partido y, si obtenía una buena acogida, se enviara a la institución que
tiene el poder de modificar la
Constitución; me refiero al Congreso Nacional.
Constitución es la
carta magna y el estatuto sagrado de un pueblo.
Contiene cláusulas
rígidas pero, como cualquier obra del hombre, posee partes que pueden ser
perfeccionadas con el paso del tiempo.
Ese era el caso,
sin duda, de la reelección de un presidente.
La reelección
existe en prácticamente todas las sociedades políticamente desarrolladas.
Sea en los
regímenes presidenciales, con la reelección limitada de los gobernantes, o en
el parlamentarismo, con la reelección casi ilimitada de los líderes
partidarios, siempre que obtengan la mayoría congresual.
La reelección es
vedada, como una especie de salvaguarda, casi únicamente en países que no
tienen instituciones fuertes y que viven aún sobre el trauma de las dictaduras.
La
República Dominicana
es, hoy, un país de instituciones en franco proceso de fortalecimiento, con
equilibrio político y, desde hace mucho, libre del trauma y de la sombra
tenebrosa de la dictadura.
Para nosotros, por
tanto, la reelección en lugar de significar un retroceso institucional es un
avance y un perfeccionamiento democrático.
Se equivocan
también los que dicen que introducir la reelección es beneficiar al gobernante
de turno.
En realidad, es
beneficiar al país, porque puede aprovechar, aún más, los resultados de un
gobierno que lo esté haciendo bien.
La reelección, en
contrapartida, permite también que el pueblo castigue a los malos gobernantes y
se libre de los efectos maléficos de una mala gestión.
La reelección no
significa la victoria automática de quien está en el poder, al contrario, es
siempre un riesgo para quien gobierna.
El pueblo es sabio
y siempre juzga con rigidez a quienes están conduciendo su destino.
El pueblo también
está cada vez más atento en la defensa de las instituciones democráticas.
El pueblo defiende
su Constitución porque sabe que es defendido por ella.
El pueblo utiliza la Constitución como
arma de defensa personal y de paz social.
La preserva y la
venera como fuente esencial de defensa de los intereses colectivos y de la
fuerza de la ciudadanía.
Por eso, cuando el
pueblo percibe que puede cambiar para mejor la Constitución, lo hace
sin miedo y sin recelo.
Sin necesidad de
órdenes ni de consejos.
Lo hace buscando
lo mejor para su presente y para su futuro.
Dominicanas
y dominicanos;
Quiero recordar
que en 2009, en el seno de la sociedad dominicana, se produjo una consulta
nacional en la que la mayoría de la población se mostró a favor del modelo de
dos períodos consecutivos y nunca más.
Esa misma
discusión se llevó al seno del PLD, y en esa ocasión yo defendí la voluntad de
la mayoría del pueblo dominicano de dos períodos consecutivos y nunca más. En
ese momento, sin embargo, nuestra posición fue derrotada por 20 votos a 5.
En esa consulta,
en el seno de la sociedad dominicana, solo el 16.7% por ciento votó a favor del
modelo que ahora se eliminó, un 13.5% a favor de la reelección indefinida y un
amplio 57.94% defendió el modelo que ahora se ha restablecido, es decir, dos
períodos consecutivos y nunca más.
Es cierto que, en
varias ocasiones, no acepté discutir la posibilidad de mi reelección.
Pero es igual de
cierto que he dicho muchas veces, a lo largo de mi vida, que mi mayor
compromiso es tener siempre el oído en el corazón del pueblo.
El fuerte deseo
popular a favor de la enmienda para la reelección me ayudó a superar este
dilema y a retomar la posición que defendí en el año 2009, en el seno del
Comité Político del PLD.
No lo hice movido
por la vanidad, ni el deseo de poder.
Lo hice porque me
convencí de que el instrumento de la reelección sería, de hecho, un avance
institucional perenne para nuestro país - y no una mera circunstancia para
beneficiar a un gobernante-.
Cambié mi posición
sobre este tema, pero no mi convicción democrática de nunca colocar mis deseos
personales o partidarios por encima de los intereses colectivos.
Además, al apoyar
la enmienda de la reelección también estaba tomando la decisión de cerrar mi carrera
política, porque está sobreentendido que, después de estos cuatro años
adicionales, si el pueblo me premia con su voto, en mayo de 2016, no podré ser
candidato nuevamente a la
Presidencia de la República.
El modelo que
dejamos atrás me hubiera permitido postularme indefinidamente en períodos
alternos, pero estoy convencido de que esta reforma es lo que quieren los
dominicanos y lo mejor para el país.
Siempre he sido un
demócrata convencido y siempre he conducido mi vida política buscando la paz,
la justicia y el equilibrio.
Y esos
sentimientos guiaron mi decisión.
Pueblo
dominicano,
Una vez más, mi
destino político está en las manos de ustedes.
Si tengo el
respaldo firme de mi partido y el apoyo de la mayoría de los dominicanos, podré
concurrir a un nuevo mandato presidencial.
Haré ese anuncio
en el momento oportuno.
Hoy, lo que quiero
anunciar, es mi disposición redoblada de continuar luchando por más cambios
-profundos y positivos- a favor de nuestro país.
No dudaré, en
ningún momento, en continuar haciendo lo que sea necesario para que nuestro
gobierno tenga cada vez más eficiencia y sea cada vez más transparente.
Cuanto más estemos
al lado de la ley y de la justicia social, más rápido y más profundo será el
cambio.
Cuanto más estemos
al lado de la institucionalidad, de la democracia y de la transparencia, más
rápido y profundo será el cambio.
Cuanto más estemos
al lado de la solidaridad, de la protección a los más débiles y del Estado del
Bienestar, más rápido y profundo será el cambio.
Cuanto más estemos
al lado del desarrollo y de la innovación, más rápido y más profundo será el
cambio.
Porque todo ocurre
más rápido cuando estamos del lado de la historia, cuando no nos desviamos del
rumbo correcto.
Señoras y
Señores;
Lo que me atrae,
en la hipótesis de que fuera reelegido, es la posibilidad de profundizar los
cambios que estamos haciendo en nuestro país.
Podríamos tener
ante nosotros cuatro años más que nos permitirían consolidar la transformación
educativa que ya está en marcha y asegurarnos de que sea irreversible.
Cuatro años más
para profundizar la reforma que ya avanza en nuestro sistema de salud, que
llevará atención gratuita y de calidad a todo aquel que la necesite.
Cuatro años más
para seguir incorporando a más personas a la seguridad social.
Cuatro años más
para seguir apoyando a nuestros productores y trabajando de la mano con los
empresarios de todos los tamaños, para generar más empleo e ingresos que nunca
para nuestra gente.
Cuatro años más
para apostar cada vez más por nuestro turismo, hasta alcanzar la meta que nos
hemos trazado de llegar a los 10 millones de visitantes.
Cuatro años más
para continuar recorriendo los campos del país con nuestras visitas sorpresa,
hasta que no quede un solo rincón al que no hayamos llegado para apoyar a
nuestra gente.
Cuatro años más
para que banca solidaria siga llevando el derecho al crédito a todos nuestros
emprendedores, estén donde estén.
Cuatro años más,
que nos darían la oportunidad de ver los frutos de las iniciativas que ya hemos
iniciado para llevar solución al problema eléctrico, de una vez por
todas.
Cuatro años más
para que el 911 siga expandiéndose por el territorio nacional y para que la
seguridad llegue a todos los rincones del país.
Cuatro años más
para seguir construyendo las infraestructuras que requiere el desarrollo
productivo del país.
Cuatro años más
para mantener la estabilidad macroeconómica con baja inflación que ha permitido
el crecimiento de nuestra economía.
En definitiva,
tendríamos cuatro años más para garantizar que, ¡nada ni nadie pueda dar marcha
atrás a todo lo que conquistamos juntos!
Queridos
compatriotas;
En estos tres años
hemos logrado lo que muchos creían imposible.
Recuerdo que,
cuando llegamos al gobierno en medio de una grave crisis económica
internacional, muchos pensaban que apenas conseguiríamos sobrevivir en ese
ambiente hostil. Sin embargo, trabajando juntos, hemos avanzado como nunca
antes.
En medio de uno de
los contextos internacionales más difíciles, logramos un dinamismo económico
cercano al de China, con un crecimiento mayor al 7%.
Las inversiones,
que se redujeron en la mayor parte de los países de la región, continúan
llegando a la
República Dominicana.
Estamos cumpliendo
y superando nuestra meta de crear 100,000 empleos al año.
Sentamos las bases
de un nuevo modelo de desarrollo, con más justicia social y menos desigualdad.
Y, lo más
importante, hemos conseguido sacar de la pobreza a más de medio millón de
dominicanos y dominicanas.
En definitiva,
tomamos con firmeza las riendas del país y lo estamos dirigiendo rumbo a la
prosperidad y el progreso.
Y, si hemos sido
capaces de hacer todo esto en las peores circunstancias, ¡¡les invito a soñar
lo que seremos capaces de lograr en el futuro próximo!!
Dominicanos
y dominicanas;
Más que nunca es
hora de soñar y de hacer.
A lo largo de su
historia, la
República Dominicana enfrentó muchos desafíos.
Sin embargo,
ahora, más que nunca, creamos las condiciones para transformar los desafíos en
victorias, y para transformar las victorias en beneficios generales para
nuestro pueblo.
Ya no es un sueño
distante, por ejemplo, acabar con la pobreza absoluta y superar el
analfabetismo en todo nuestro territorio.
Es una meta
posible y realizable. En poco tiempo, ¡la República Dominicana
lo conseguirá!
Ya no es un sueño
distante consolidarnos como la economía más sólida y sostenible de la región.
En poco tiempo, ¡la República Dominicana
lo logrará!
Ya no es un sueño
distante que tengamos un sistema educativo de gran calidad, capaz de preparar a
nuestros jóvenes para todos los desafíos del mundo moderno.
En poco tiempo, la República Dominicana
lo conseguirá.
Ya no es un sueño
distante que seremos el más completo, más rentable y más buscado destino
turístico del Caribe.
En poco tiempo, la República Dominicana
lo conseguirá.
Ya no es un sueño
distante que logremos un gran salto productivo y tecnológico en nuestra
agricultura y ganadería.
Y también, en poco
tiempo, la
República Dominicana lo conseguirá.
En suma, más que
nunca, es posible transformarnos en un país con uno de los mayores índices de
desarrollo y con uno de los menores índices de desigualdad de toda la comunidad
latinoamericana y caribeña.
¡Más que nunca,
podemos tener orgullo de la tierra en que nacimos!
¡Más que nunca
podemos tener autoestima y esperanza!
¡Más que nunca
podemos transformar nuestros sueños en realidad!
Más que nunca
podemos transformar nuestro país real, en aquel país de los sueños de nuestros
abuelos y nuestros padres.
Un país en el que
vamos a ser cada vez más fuertes y más felices, junto a nuestros hijos y
nuestros nietos.
¡Vivamos el nuevo
sueño dominicano!
sueño dominicano!
¡Viva la República Dominicana!
¡Que Dios nos
bendiga a todos!
Muchas Gracias y
buenas noches.
buenas noches.
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