3 Enero 2013, 12:00 PM
Creen son hipócritas críticos de reelección
La mayoría de los políticos, gremialistas y
sindicalistas dominicanos podría definirse de hipócritas, porque son
críticos furibundos de la reelección presidencial, pero la practican a
lo interno de los organismos que pertenecen, de acuerdo con analistas.
Las centrales sindicales son dirigidas hace décadas por las mismas
personas y no dan paso a la renovación de liderazgo como ocurre en
otras naciones.
Algunos entienden que esta forma “eterna” de dirigir no es una práctica democrática positiva.
Los políticos, gremialistas y sindicalistas se niegan a reconocer el paso inexorable del tiempo que reduce capacidades tanto físicas como mentales.
Hace varias décadas que los diarios, noticiarios de radio y televisión, recogen la visión de las mismas personas sobre hechos de interés nacional.
Analistas entienden que esa posición es una forma de mantener secuestrada la voluntad de la mayoría de los miembros de los partidos y las centrales sindicales
Partidos
En los partidos de izquierda los “líderes” tradicionales han motivado la división por su deseo de mantener la dirección y sus “principios” democráticos.
En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la gerentocracia gobierna esa organización.
Hace unos seis o siete unos , el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, le enrostró al PRD que cómo era posible que la mismas personas y dirigencia de ese partido, sea la que lo recibió en 1979, cuando aspiraba dirigir su país.
Además, que después de un proceso electoral, cuando se pierden las elecciones, lo correcto es que dirigencia del partido renuncie.
Para las elecciones del 2016, el PRD presenta el mismo cuadro político : la disputa por controlarlo el ex presidente Hipólito Mejía y el ingeniero Miguel Vargas Maldonado.
En el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que de un primer lugar hoy ocupa un tercero, existe una lucha entre facciones de la vieja guardia colorá por el control de los organismos de dirección.
El PLD como partido disciplinado, también muestra esas debilidades de aferramiento a los puestos, con la diferencia que está en el poder y mientras tanto puede campear cualquier problema que se le presente.
En los últimos 10 años el PLD pasó de un partido de cuadros a una organización de masas.
UN APUNTE
No se vislumbran cambios
La juventud no parece tener esperanzas de nuevos espacios en los partidos y centrales sindicales, en los próximos cuatro años. El panorama luce el mismo en los partidos mayoritarios, como en los gremios y no se visualiza una opción sólida que agrupe a la juventud.
Algunos entienden que esta forma “eterna” de dirigir no es una práctica democrática positiva.
Los políticos, gremialistas y sindicalistas se niegan a reconocer el paso inexorable del tiempo que reduce capacidades tanto físicas como mentales.
Hace varias décadas que los diarios, noticiarios de radio y televisión, recogen la visión de las mismas personas sobre hechos de interés nacional.
Analistas entienden que esa posición es una forma de mantener secuestrada la voluntad de la mayoría de los miembros de los partidos y las centrales sindicales
Partidos
En los partidos de izquierda los “líderes” tradicionales han motivado la división por su deseo de mantener la dirección y sus “principios” democráticos.
En el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la gerentocracia gobierna esa organización.
Hace unos seis o siete unos , el ex presidente del Gobierno español, Felipe González, le enrostró al PRD que cómo era posible que la mismas personas y dirigencia de ese partido, sea la que lo recibió en 1979, cuando aspiraba dirigir su país.
Además, que después de un proceso electoral, cuando se pierden las elecciones, lo correcto es que dirigencia del partido renuncie.
Para las elecciones del 2016, el PRD presenta el mismo cuadro político : la disputa por controlarlo el ex presidente Hipólito Mejía y el ingeniero Miguel Vargas Maldonado.
En el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que de un primer lugar hoy ocupa un tercero, existe una lucha entre facciones de la vieja guardia colorá por el control de los organismos de dirección.
El PLD como partido disciplinado, también muestra esas debilidades de aferramiento a los puestos, con la diferencia que está en el poder y mientras tanto puede campear cualquier problema que se le presente.
En los últimos 10 años el PLD pasó de un partido de cuadros a una organización de masas.
UN APUNTE
No se vislumbran cambios
La juventud no parece tener esperanzas de nuevos espacios en los partidos y centrales sindicales, en los próximos cuatro años. El panorama luce el mismo en los partidos mayoritarios, como en los gremios y no se visualiza una opción sólida que agrupe a la juventud.
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