febrero 20, 2014

LEY DE PARTIDO UNA NECESIDAD NACIONAL POR LA SALUD DE LA DEMOCRACIA.


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Ramón Urbáez
Santo Domingo
La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) consideró “urgente” el adecentamiento del ejercicio político en el país y pidió al Congreso Nacional que apruebe cuando antes la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, para que se deje de lado el clientelismo y se oriente esta actividad hacia su objetivo fundamental de búsqueda del bien común, el desarrollo integral y la construcción de la paz social.
En su tradicional mensaje con motivo de 27 de Febrero, Día de la Independencia Nacional, este año con el título “El valor de la vida política”, los obispos lamentan la falta de un proyecto de nación consensuado por todos los partidos y las fuerzas vivas de la nación, que priorice aquellos elementos que contribuyan mejor al progreso y el bienestar social. Dicen que hay que retomar el diálogo nacional, sistematizar la educación cívica y política en las escuelas y universidades, y que se separen realmente las funciones de los poderes del Estado.
Tras hacer un recuento histórico del quehacer politico desde los tiempos de Platón hasta hoy, los prelados afirman que promover el bien común y el interés general está por encima del interés particular (individualismo), y que en ese sentido todos deben hacer un esfuerzo por vivir y colaborar con el orden, el trabajo y el ahorro. “Los jóvenes que inviertan tiempo en su formación y los padres que no escatimen esfuerzo por dotar a sus hijos de la mejor herencia, que es su capacitación moral y profesional”, aconsejan.
Exhortaron a los fieles católicos y a “los hombres y mujeres de buena voluntad” a formarse, y a participar activamente en la vida política, cívica y comunitaria de manera honesta y transparente.
“Deben hacerse presente en toda la dinámica social, hasta que a cada ciudadano se le proporcione educación, salud, energía eléctrica, agua potable, vías de comunicación, vivienda digna, fuentes de trabajo y seguridad”, manifiesta el documento.
Los obispos entienden que los que dirigen el país, a través de la actividad política, tienen la obligación de combatir la corrupción, la delincuencia y la inseguridad, y trabajar junto al país para cambiar la cultura permisiva y del espectáculo, por una cultura de vida con sentido ético, donde cada quien sea responsable de su vocación o profesión, “comenzando por los padres de familia, los maestros y maestras, y los funcionarios públicos que deben servir al bien común y manejar con ética y pulcritud los bienes públicos en procura del desarrollo y la paz social”.
Para fundamentar sus planteamientos, el Episcopado recuerda que los habitantes de la antigua Grecia inventaron la Polis, o comunidad de ciudadanos, regida por la libertad de los hombres, dando origen a la democracia, donde el principio supremo era la isonomía, es decir, las mismas leyes que deben regir para todos: pobres o ricos, hijos de padres humildes o de cuna, tontos o listos.
Luego --rememoran-- los romanos aportaron el derecho, que ha sido la más importante modificación de la comunidad humana, que son reglas de juego comunes, precisas y públicamente divulgadas para regular con detalles los intereses de los individuos y sus conflictos, y que son normativas para el sano convivir.
Sugerencias 
Los obispos observan que el país debe buscar una mayor conciencia, de modo que todos sientan el compromiso de cumplir y acatar la Constitución, respetar los convenios internacionales que no contravengan nuestro ordenamiento ni las leyes que nos rigen, cumplir y hacer cumplir las leyes y las decisiones legítimas de las autoridades competentes, así como respetar los derechos de los demás, tanto en la familia, el trabajo y en la convivencia social.
En su mensaje, los jerarcas católicos exhortan a respetar los símbolos y valores patrios y defender la integridad territorial del país, cuidar la nación sin que se violen o vulneren los derechos humanos, y que los jóvenes se interesen por estudiar nuestra historia y geografía, siendo ciudadanos ejemplares, honrados y respetables.
“Si practicamos así la política, ésta se convertirá en un ejercicio fascinante, que vale la pena cultivar y defender”, expresan.
Bienes del pueblo
 Según el mensaje, es muy importante la participación y el apoyo de los ciudadanos en los movimientos de reivindicaciones sociales, creando corrientes de solidaridad, para exigir a los administradores del Estado, un manejo pulcro en las negociaciones de los bienes del pueblo y en beneficio de la Nación.
El mensaje agrega que en el país existen muchos ejemplos de luchas populares legítimas, como fue el caso del reclamo del 4% del PIB para la educación, el rechazo de la instalación de una cementera que afectaría la ecología del parque nacional Los Haitises, el contrato con la Barrick Gold y la defensa de Loma Miranda.
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EL FANTASMA DE LA REELECCIÓN 

Por otra parte, los obispos advierten a los cristianos que participan en la vida política que siempre tendrán las tentaciones del poder, que siendo un servicio tiende a corromper.
“En la vida democrática de los últimos 50 años, la corrupción ha estado presente en casi todos los gobiernos”, dijo el Episcopado.
Señalan que los políticos en las distintas esferas están siempre amenazados por lo que llamamos “la erótica del poder”, y eso quiere decir que lo que es un medio para servir, se puede convertir en un fin para provecho personal. Según el mensaje, es una tentación constante en casi todos los gobiernos, que se suma al clientelismo político que ha sustituido la verdadera esencia de lo que debe ser la política como ciencia. Criticaron lo que llaman fantasma de la reelección y el consabido derroche de los recursos.

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