mayo 07, 2014

"Alzheimer institucional y visión del país"




Por: Cándido Mercedes

CATEDRÁTICO CÁNDIDO MERCEDES
El Alzheimer, como enfermedad, “es un desorden degenerativo cerebral caracterizado por la pérdida progresiva de la memoria y el deterioro de las funciones cognitivas, del lenguaje y del juicio, que afectan generalmente la personalidad y las conductas de quienes las sufren”. En su primer momento se va perdiendo la memoria a corto plazo, hasta que al final se pierde la memoria total o de largo plazo. La demencia que es el deterioro intelectual asociado con la vejez y en ocasiones con causas fisiológicas, caracterizado por el olvido y cambios de personalidad. El Alzheimer constituye la tipología más común de la demencia.

Si hacemos un paralelismo para poder construir una analogía, podemos llegar a la conclusión de que en nuestro país vivimos una especie de Alzheimer Institucional, como consecuencia de la inobservancia permanente y sistemática del incumplimiento de las leyes. En el primer caso (Alzheimer a una persona), es doloroso para la persona, para los familiares y la gente que han interactuado con ella a lo largo de su existencia vital. El Alzheimer es la enfermedad más dramática y diríamos que más inhumana. Imagínese que uno llega a no conocer a nadie, ni saber quien es uno en realidad ni los lugares que ha caminado por más de 65 años. ¡Es triste y pesaroso!

Sin embargo, el Alzheimer institucional es una consecuencia de la irresponsabilidad de la clase política y de la complicidad de actores estratégicos de la sociedad. La “pérdida de memoria” de quienes dirigen y han dirigido los poderes del Estado se debe a la forma de cómo conciben el poder y su relación.

Mientras van construyendo una cultura del incumplimiento, vía el desconocimiento de las leyes, propician más poder y generan una relación de poder más asimétrico, no basado en el derecho sino en instancias desconocedoras de la democracia y de un verdadero Estado democrático de derecho. Es aquí, entonces, por el Alzheimer Institucional que crece y se sobredimensionan el clientelismo, el nepotismo, el patrimonialismo y todas las modalidades y dimensiones de la corrupción.

Si el Alzheimer como enfermedad lacera a una persona, desde la perspectiva institucional social, drena a una sociedad; la ancla y no permite que los ciudadanos se igualen en los territorios. Así, la política, como el arte de compartir los espacios públicos, pierde su virginidad y lozanía, su razón de ser medular que es siempre la búsqueda de un propósito que contribuya a crear políticas públicas que encamine el bienestar de la gente y mejore significativamente su calidad de vida.

Ese Alzheimer Institucional, no obstante, sistemáticamente, tiene su filtro de lucidez para los actores claves, lo que genera distintos ciudadanos en una misma democracia. No hay una sola ley en la República Dominicana que sea cumplida a cabalidad. Todas, absolutamente todas, tienen un determinado grado de incumplimiento.

Veamos varios ejemplos:

La Ley 87-01 (Seguridad Social).

La Ley 1-12 (Estrategia Nacional de Desarrollo).

La Ley 42-01 (Ley General de Salud).

La Ley 41-08 (Ley de Función Pública).

La Ley 340-06 y 449-06 (Compras, Contrataciones y Servicios del Estado).

La Ley 200-04 (Ley de Libre Acceso a la Información Pública).

La Ley 498-06 (Sistema Nacional de Planificación e Inversión).

La Ley 423-06 (Ley Orgánica de Presupuesto para el sector público).

La Ley 176-07 (La Ley de los Municipios).

La Ley 5-07 (Sistema Integrado de Administración Financiera).

La Ley 16-92 (Código de Trabajo).

La Ley 64-00 (Ley de Medio Ambiente y Recursos Naturales).

En el caso del año 2012 con respecto al Presupuesto y su ejercicio fiscal, se llegó a la conclusión de que el Poder Ejecutivo había violado 17 leyes del país y más de 5 artículos de la Constitución. Ahora la Cámara de Cuentas nos demuestra como en el Ejercicio Fiscal del 2013 se violaron y se inobservaron leyes; lo que implica un Alzheimer institucional que deteriora lo que debería ser el verdadero poder: El Poder institucional, el poder de las leyes. Mientras más se usa ese desconocimiento institucional (el estado de las leyes), más se desarrolla el personalismo, el caudillismo y se vehiculiza de manera más expedita el abuso de poder; que es lo que se viene dando con la policía y el intercambio de disparos; donde de la tasa general de homicidios, esa organización tiene más de un 10% de responsabilidad.

La Visión de nuestro país para los próximos 16 años (2010-2030) es “República Dominicana es un país próspero, donde las personas viven dignamente, apegadas a valores éticos y en el marco de una democracia participativa que garantiza el Estado Social y democrático de derecho y promueve la equidad, la igualdad de oportunidades, la justicia social, que gestiona y aprovecha sus recursos para desarrollarse de forma innovadora, sostenible y territorialmente equilibrada e integrada y se inserta competitivamente en la economía global”. Esta Visión del país que queremos, está cimentada en los valores de: Honestidad, trabajo, respeto, educación, solidaridad, honradez, responsabilidad, justicia y buen gobierno.

La clase política y una parte importante de los poderes fácticos (actores estratégicos), al mismo tiempo que practican el Alzheimer Institucional, en filtro conveniente, juegan a la analgesia, que es una especie de insensibilidad al dolor. Este Alzheimer Institucional u organizacional crea una patología que va drenando los mejores impulsos en beneficio de la sociedad y de una organización determinada. Podemos tener las mejores leyes del país y los mejores reglamentos y estatutos; empero, cuando estos se aplican discrecionalmente, cuando se violan y se deja que el máximo ejecutivo decida sin observar nada, estamos en presencia de la desinstitucionalización, de la degradación de los ejes fundamentales que articulan a una sociedad con su Estado y a una organización con sus miembros vitales.

¡Más allá del Talento Humano y del Director de orquesta, si no se toma con seriedad el antídoto contra el Alzheimer Institucional, el drama social es la anomia y la falta de cohesión social. Para éstos hay medicamentos colectivos, cristalizados en la voluntad y en el empoderamiento ciudadano!

No hay comentarios:

Publicar un comentario