ÚLTIMO ADIÓS
Maestro ilustre de la pintura dominicana
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¿Quién mejor que Ramón Oviedo para hacer que el
viento sople sobre tu rostro desde una pintura? Lo logró a través de
obras como (Neptuno, 60X76”), una obra que evidencia la intensidad del
movimiento.
Y qué decir de sus dibujos y pinturas (Embrión primario, 60X76”) que, con tan solo una mirada, ya no puedes dejar de buscar eso que te cautiva, te mueve, te atrae... Es algo que captura tu atención, y es asombroso el despliegue de talento y dominio de las técnicas de dibujo y pintura reflejados en todas sus obras. República Dominicana ha sido exaltada en el mundo de las artes plásticas por el distintivo sello en la complejidad, originalidad y versatilidad de su obra.
Supo inmortalizar espectáculos celestiales en sus lienzos con una sencillez cargada de toda clase de desdoblamiento de las técnicas, todas, integradas como una canción en un espacio limitado en lo tangible, pero infinito a todo aquello que podemos ver, sentir, descubrir e interpretar.
En cada obra nos otorgó la seria responsabilidad de perpetuar la herencia del arte dominicano, y por supuesto, su nombre. En sus cuadros dejó un legado de valor artístico-social-cultural para las generaciones futuras y para todas las naciones.
Hemos sido testigos personales de la prominente humanidad y sensibilidad de Oviedo, quien demostró empatía y solidaridad siempre con aquellos en condiciones especiales o particulares. Expresó amor, comprensión y voluntad para ofrecer un gesto noble hacia sus semejantes, y eso lo dejó ver en cada una de sus obras.
La historia del arte en República Dominicana es y será indudablemente contada tomando como base el nombre de los extraordinarios artistas plásticos que han catapultado sus obras más allá de las fronteras dominicanas.
Este es el caso de nuestro Maestro Ilustre de la Pintura Dominicana, Ramón Oviedo, reconocido con este nombramiento en 1997 por el Congreso de República Dominicana.
Un hombre, ser humano y artista con un pensamiento auténtico, responsable y sensible, reflejado en su vida, en sus actos y en sus obras al transmitir en todos su esencia, comparte con humildad, como decía el mismo Oviedo: “El talento que me acompaña desde el vientre de mi madre”.
Gracias, maestro, por esta inagotable herencia artística para nuestras futuras generaciones, pues su ideología pictórica vivirá por siempre. Hoy nos enorgullece el haber expuesto sus obras y editado su catálogo: “Oviedo Presente ExhiVisión Enigma”.
Luis Felipe Cartagena y Rosario Núñez directores galería de arte Shanell.
Y qué decir de sus dibujos y pinturas (Embrión primario, 60X76”) que, con tan solo una mirada, ya no puedes dejar de buscar eso que te cautiva, te mueve, te atrae... Es algo que captura tu atención, y es asombroso el despliegue de talento y dominio de las técnicas de dibujo y pintura reflejados en todas sus obras. República Dominicana ha sido exaltada en el mundo de las artes plásticas por el distintivo sello en la complejidad, originalidad y versatilidad de su obra.
Supo inmortalizar espectáculos celestiales en sus lienzos con una sencillez cargada de toda clase de desdoblamiento de las técnicas, todas, integradas como una canción en un espacio limitado en lo tangible, pero infinito a todo aquello que podemos ver, sentir, descubrir e interpretar.
En cada obra nos otorgó la seria responsabilidad de perpetuar la herencia del arte dominicano, y por supuesto, su nombre. En sus cuadros dejó un legado de valor artístico-social-cultural para las generaciones futuras y para todas las naciones.
Hemos sido testigos personales de la prominente humanidad y sensibilidad de Oviedo, quien demostró empatía y solidaridad siempre con aquellos en condiciones especiales o particulares. Expresó amor, comprensión y voluntad para ofrecer un gesto noble hacia sus semejantes, y eso lo dejó ver en cada una de sus obras.
La historia del arte en República Dominicana es y será indudablemente contada tomando como base el nombre de los extraordinarios artistas plásticos que han catapultado sus obras más allá de las fronteras dominicanas.
Este es el caso de nuestro Maestro Ilustre de la Pintura Dominicana, Ramón Oviedo, reconocido con este nombramiento en 1997 por el Congreso de República Dominicana.
Un hombre, ser humano y artista con un pensamiento auténtico, responsable y sensible, reflejado en su vida, en sus actos y en sus obras al transmitir en todos su esencia, comparte con humildad, como decía el mismo Oviedo: “El talento que me acompaña desde el vientre de mi madre”.
Gracias, maestro, por esta inagotable herencia artística para nuestras futuras generaciones, pues su ideología pictórica vivirá por siempre. Hoy nos enorgullece el haber expuesto sus obras y editado su catálogo: “Oviedo Presente ExhiVisión Enigma”.
Luis Felipe Cartagena y Rosario Núñez directores galería de arte Shanell.
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